martes, 7 de abril de 2020

A NUESTRAS COMUNIDADES CLARETIANAS


28 de marzo de 2020



Queridas comunidades claretianas de América Reciban un abrazo abrasador: ¡somos misioneros/as!

Llegamos a ustedes con un abrazo intenso, cercano, efusivo y alentador: aquél que aprendimos a darnos en la caminada y que pronto recuperaremos con ayuda de Dios y de nuestra Humanidad siempre resiliente y enamorada de la Vida.

El pasado jueves 26 de marzo, el equipo coordinador de SOMI – MICLA mantuvo una reunión para analizar, discernir y orar ante esta realidad global que golpea al mundo y a nuestro continente: pandemia COVID 19. Contamos con la presencia del equipo claretiano en la ONU y de Ismael Montero, en su carácter de presidente de la Junta Directiva de MICLA.

El avance silencioso y progresivo del nuevo Coronavirus entre nuestros pueblos, despierta diferentes emociones y reacciones. Los efectos de esta pandemia son tan inciertos como iniciales al día de hoy. Sin embargo, en razón de nuestra misión específica y nuestro compromiso de mantenernos cerca de quienes sostienen y cuidan amorosamente la vida más frágil, nos animamos a hacer algunas consideraciones y comunicar lo que hemos decidido ante esta coyuntura:

-          Sin desconsiderar el panorama general de emergencia sanitaria, nos preocupan seriamente las repercusiones que esta pandemia tiene y tendrá en la vida cotidiana de la población que vive el empobrecimiento, la explotación y la marginación desde mucho tiempo antes de la aparición de esta pandemia. En ese sentido, y rigurosos con las prioridades trazadas oportunamente, visualizamos:

o La acentuada probabilidad de que las violaciones a los Derechos Humanos se agudicen, invocando argumentos preventivos y de control social.

El deterioro de la situación de Migrantes y Desplazados/as, quienes verán multiplicadas sus vulnerabilidades en posibles escenarios de

“priorización de lo nacional”.

o El siniestro comportamiento de la Industria Extractiva, que lejos de detenerse a la par de otras actividades, continuará operando y exponiendo a los trabajadores, bajo el implícito axioma neoliberal “la economía antes que la vida”.

-          Sentimos que este tiempo nos plantea escenarios nuevos y desconocidos. En medio de la perplejidad, la entendible angustia y cierto desaliento consideramos fundamental ganar calma y sensatez, pasando a visualizar las oportunidades de ser creativos/as, audaces y perseverantes para así alumbrar y encender vida entre los pobres. Debemos renovar nuestro compromiso misionero en medio de la incertidumbre, “discernir en el desconcierto”, como decía aquél texto del p. Randle. Nada más y nada menos claretiano.

-          En relación con la información, tal como se ha repetido desde diversos ámbitos, animamos a un uso y difusión responsable de la misma, para que no termine



operando como una herramienta al servicio del miedo y el repliegue. Nuestro continente tiene sobrada experiencia en relación al rol que los medios de comunicación han jugado para disciplinar y mantener pasivos a los pueblos.

-          Confirmamos ante Dios y ante ustedes nuestro compromiso como equipo animador: estar cerca de diferentes modos, proponiendo una comunicación más fluida y multiplicando los esfuerzos para que nuestras acciones tengan incidencia particular y asertiva en este contexto. Estas palabras derivarán en propuestas a las que iremos dando forma las próximas semanas y meses, desde este espacio, pero también apoyados por instancias congregacionales como la Procura General, el Secretariado General de JPIC y la presencia claretiana en la ONU. La lucha será de largo aliento y nuestra resistencia, esperanza y disponibilidad -así le pedimos al Espíritu- deberán ir a la par.

Por último, compartimos con ustedes una importante decisión que hemos tomado: suspender la Asamblea Presencial de SOMI – MICLA programada para el mes de octubre en Morelia (México), hasta nuevo aviso. Los motivos son.

-          El primero se relaciona con el panorama sanitario y las medidas concomitantes (cuarentena y aislamiento en los países, cierre de fronteras, etc.). Si bien se trata de un escenario futuro incierto (no sabemos qué pasará de aquí a octubre), es probable que sigamos afectados por diferentes restricciones. Estamos ante el motivo práctico o logístico.

El segundo motivo se apoya en la situación económica, que afectará a nuestros Pueblos y a nuestros Organismos. Este motivo nos exige disciplinada coherencia entre lo que decimos y hacemos: no será consonante con el espíritu de SOMI realizar nuestra actividad en un contexto de recesión generalizada en nuestros países. Estamos ante el motivo ético.

No queremos despedirnos sin antes agradecerles los esfuerzos que están haciendo en sus comunidades: aquellos de cuidado, de cercanía, de renovada espiritualidad, de valentía ante el re-descubrimiento de nuestra fragilidad y, por supuesto, los relacionados con la Justicia para los pobres. Ningún desvelo es en vano, si es puesto al servicio de nuestros Pueblos.

Nos unimos en oración, recitando –distantes hoy pero más unidos/as que nunca- la

Plegaria Eucarística:

"Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana.
Inspiramos el gesto oportuno frente al hermano solo y desamparado.
Ayúdanos a mostrarnos siempre disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y amor, de libertad, de justicia y paz para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando"


En el fuego inextinguible del Espíritu,


EQUIPO COORDINADOR SOMI - MICLA