28 de
marzo de 2020
Queridas comunidades claretianas de América Reciban un abrazo abrasador:
¡somos misioneros/as!
Llegamos
a ustedes con un abrazo intenso, cercano, efusivo y alentador: aquél que
aprendimos a darnos en la caminada y que pronto recuperaremos con ayuda de Dios
y de nuestra Humanidad siempre resiliente y enamorada de la Vida.
El
pasado jueves 26 de marzo, el equipo coordinador de SOMI – MICLA mantuvo una
reunión para analizar, discernir y orar ante esta realidad global que golpea al
mundo y a nuestro continente: pandemia COVID 19. Contamos con la presencia del
equipo claretiano en la ONU y de Ismael Montero, en su carácter de presidente
de la Junta Directiva de MICLA.
El
avance silencioso y progresivo del nuevo Coronavirus entre nuestros pueblos,
despierta diferentes emociones y reacciones. Los efectos de esta pandemia son
tan inciertos como iniciales al día de hoy. Sin embargo, en razón de nuestra
misión específica y nuestro compromiso de mantenernos cerca de quienes
sostienen y cuidan amorosamente la vida más frágil, nos animamos a hacer
algunas consideraciones y comunicar lo que hemos decidido ante esta coyuntura:
-
Sin desconsiderar el panorama general de emergencia sanitaria, nos
preocupan seriamente las repercusiones
que esta pandemia tiene y tendrá en la vida cotidiana de la población que vive el empobrecimiento, la explotación y
la marginación desde mucho tiempo antes de la aparición de esta pandemia.
En ese sentido, y rigurosos con las
prioridades trazadas oportunamente, visualizamos:
o La
acentuada probabilidad de que las violaciones a los
Derechos Humanos se agudicen, invocando argumentos preventivos y de control social.
o El deterioro de la situación
de Migrantes y Desplazados/as, quienes
verán
multiplicadas sus vulnerabilidades en posibles escenarios de
“priorización de lo nacional”.
o El
siniestro comportamiento de la Industria Extractiva, que lejos de
detenerse a
la par de otras actividades, continuará operando y exponiendo a los
trabajadores, bajo el implícito axioma neoliberal “la economía antes que la
vida”.
-
Sentimos que este tiempo nos plantea escenarios nuevos y desconocidos.
En medio de la perplejidad, la entendible angustia y cierto desaliento
consideramos fundamental ganar calma y sensatez, pasando a visualizar las
oportunidades de ser creativos/as, audaces y perseverantes para así alumbrar y
encender vida entre los pobres. Debemos renovar nuestro compromiso misionero en
medio de la incertidumbre, “discernir en el desconcierto”, como decía aquél
texto del p. Randle. Nada más y nada menos claretiano.
-
En relación con la información, tal como se ha repetido desde diversos
ámbitos, animamos a un uso y difusión responsable de la misma, para que no
termine
operando como
una herramienta al servicio del miedo y el repliegue. Nuestro continente tiene
sobrada experiencia en relación al rol que los medios de comunicación han
jugado para disciplinar y mantener pasivos a los pueblos.
-
Confirmamos ante Dios y ante ustedes nuestro compromiso como equipo
animador: estar cerca de diferentes modos, proponiendo una comunicación más
fluida y multiplicando los esfuerzos para que nuestras acciones tengan
incidencia particular y asertiva en este contexto. Estas palabras derivarán en
propuestas a las que iremos dando forma las próximas semanas y meses, desde
este espacio, pero también apoyados por instancias congregacionales como la
Procura General, el Secretariado General de JPIC y la presencia claretiana en
la ONU. La lucha será de largo aliento y nuestra resistencia, esperanza y disponibilidad
-así le pedimos al Espíritu- deberán ir a la par.
Por
último, compartimos con ustedes una importante decisión que hemos tomado: suspender la Asamblea Presencial de SOMI –
MICLA programada para el mes de octubre en Morelia (México), hasta nuevo aviso.
Los motivos son.
-
El primero se relaciona con el panorama sanitario y las medidas
concomitantes (cuarentena y aislamiento en los países, cierre de fronteras,
etc.). Si bien se trata de un escenario futuro incierto (no sabemos qué pasará
de aquí a octubre), es probable que sigamos afectados por diferentes
restricciones. Estamos ante el motivo práctico
o logístico.
El segundo
motivo se apoya en la situación económica, que afectará a nuestros Pueblos y a
nuestros Organismos. Este motivo nos exige disciplinada coherencia entre lo que
decimos y hacemos: no será consonante con el espíritu de SOMI realizar nuestra
actividad en un contexto de recesión generalizada en nuestros países. Estamos
ante el motivo ético.
No
queremos despedirnos sin antes agradecerles los esfuerzos que están haciendo en
sus comunidades: aquellos de cuidado, de cercanía, de renovada espiritualidad,
de valentía ante el re-descubrimiento de nuestra fragilidad y, por supuesto,
los relacionados con la Justicia para los pobres. Ningún desvelo es en vano, si
es puesto al servicio de nuestros Pueblos.
Nos unimos en oración, recitando –distantes
hoy pero más unidos/as que nunca- la
Plegaria Eucarística:
"Danos entrañas de misericordia frente a
toda miseria humana.
Inspiramos el gesto oportuno frente al hermano
solo y desamparado.
Ayúdanos a mostrarnos siempre disponibles ante
quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de
verdad y amor, de libertad, de justicia y paz para que todos encuentren en ella
un motivo para seguir esperando"
En el fuego inextinguible del Espíritu,
EQUIPO
COORDINADOR SOMI - MICLA